"Yo siempre quise ser rico y famoso"
Sin maquillaje, Gene Simmons es otra cosa. A cara limpia y comiendo fideos con tuco en el restaurante de su hotel porteño, el famoso líder de la banda con mayor presupuesto en cosméticos de la historia parece más un fornido vendedor de panchos que la vistosa estrella de rock que resulta ser en sus horas de trabajo. Son casi las cinco de la tarde, y Gene está almorzando mientras conversa con Clarín. Es viernes, y en un rato más estará en el centro de un rugiente y colmado estadio de River.
Tenés dinero como para no trabajar más. ¿Qué te lleva a seguir?
Es que esto me encanta. ¿Si tenés suficiente dinero y no trabajás, qué hacés? Además, vivir en hoteles es mejor que tener una casa. Si quiero comer, digo quiero comida y enseguida me la traen. En tu casa no podés hacer eso.
¿Cómo te trata el tema mujer?
Nunca me casé. No puedo ser fiel a una sola mujer. Imposible. Creo que ningún hombre puede serlo. Y yo no quiero mentir. Tengo dos hijos y estoy loco por su madre. Pero nunca estuve casado ni lo estaré.
¿Por qué el nombre Kiss? ¿Qué relación hay entre un beso y tu música?
Ninguna. Tratamos de elegir un nombre que fuera conocido en todos los países del mundo. Si hubiésemos podido llamarnos Coca-Cola, lo hubiésemos usado. De hecho, quisimos ponernos Fuck porque todo el mundo sabe qué significa. Todos saben qué quiere decir Yes. Los nombres largos no funcionan. Kiss, además, puede ser muchas cosas. El beso de la muerte, el beso de la vida, un beso sexual...
En su visita anterior, en 1995, murieron dos chicos en el recital de River.
Lo lamentamos, pero cada uno es responsable de su vida. Se pueden tomar medidas de seguridad, pero si alguien va a morir, va a morir.
¿Fue la primera vez que moría alguien en un show de Kiss?
Sí. Fue la primera vez que murieron fans en nuestro show. No sé si tuvo algo que ver con drogas... Pero no quiero adivinar, no conocía a los chicos.
Te preocupa mucho el tema drogas.
Sí. No hay que ser un genio para saber que el cigarrillo, el alcohol y la droga son enemigos. Beber y fumar es una estupidez. Te mata. Y nosotros ponemos en práctica lo que predicamos. Ace y Peter durante muchos años consumieron drogas y bebieron. Por eso se tuvieron que ir de la banda: en este grupo no hay lugar para alguien que se lastima a sí mismo.
Pero dicen que la droga es parte de la cultura del rock.
Yo no lo acepto. El matrimonio es parte de esta cultura y yo no lo acepto.
Contrastando con su siempre desmentida fama de pisador de pollitos y otras módicas violencias escénicas, el Simmons de civil es un tipo gentil, con una madura serenidad proporcional a su pinta de respetable cuarentón que ha vivido casi todas. "Lo único importante para nosotros -sentencia- es la gente que compra las entradas y espera que le demos algo."
¿Algo como qué?
Algo que levante el ánimo, no solamente canciones. Al salir, tenés que sentirte más feliz de vivir un día más. Muchas bandas, especialmente hoy, hablan de política, de religión o de lo terrible que es la vida. Nosotros no hablamos de eso. Estar vivo es fantástico, el dinero es fantástico, las mujeres son fantásticas. Cualquier banda que te diga que no quiere ser famosa tendría que ir al Tíbet. Ahí no van a ser famosos. Y si a alguien no le gusta todo el dinero que gana, que me lo dé a mí. Nosotros celebramos el espíritu de la vida. Por eso tenemos fuegos artificiales. Porque te dejan Uau, qué maravilla.
¿Cuánto cambió Kiss en todos estos años?
Muy poco. El Rolls Royce cambió muy poco, y sigue siendo el mejor auto. Algunas cosas funcionan para siempre. Por eso las películas tienen una segunda y una tercera parte. Porque si te gustó una vez es posible que vuelva a gustarte. ¿Vos comés tu comida favorita una vez o más de una vez? Pero no tenemos problemas con progresar. Vos comprás la entrada, vos sos el jefe. La opinión de la gente es lo único que cuenta. No somos muy distintos de Mozart. Porque el jefe del castillo iba y le decía a Mozart: "Voy a tener invitados y necesito una composición de tres minutos para piano". Entonces, Mozart se sentaba y componía una obra para piano de tres minutos. Era un artista comercial. Comercial no es una mala palabra, ni te impide discutir con tu compañía grabadora.
¿Siempre quisiste ser una estrella de rock?
No. Yo siempre quise ser rico y famoso.
¿Por qué pensás que algunos acusan a Kiss de nazis y diabólicos?
No lo sé. Quizá crean ver en el logotipo de Kiss la sigla de las SS. Pero para nosotros solo son rayos. Tampoco nadie sabe qué aspecto tiene el diablo. ¿Vos lo viste alguna vez?
Sí, y se parece a vos...
Es lo que dijo mi madre la primera vez que me vio maquillado: "Dios mío, es el demonio". Pero ahora está orgullosa. Vos sabes, yo soy judío, y mi madre estuvo en un campo de concentración.
¿Y cómo influyó eso en tu vida?
Pudo haberme ayudado a odiar a los alemanes, pero no los odio. Aprendí eso de mi madre. Porque aunque ella tendría el derecho a pensar que la vida es terrible y que no hay Dios, tiene una opinión positiva de la vida.
¿Creés en Dios?
Tengo muchos problemas con Dios. Porque Dios viene y dice: "Acá estoy, adorame". Yo le digo: "Esperá un momento, sentate, tengo algunas preguntas para hacerte. ¿Por qué dejás que mueran chicos, por qué existe el cáncer, por qué dejás que todos tus hijos sufran tanto? Antes de adorarte, tengo un montón de problemas con vos. Me diste este cerebro para pensar, y estoy pensando. Tengo problemas con quién sos vos. Si esto es lo que sos, yo quiero un Dios mejor".
¿Cuándo vas a dejar la banda?
Y, algún día ya no tendré dientes y mi traste se arrastrará por el piso. O ya no tendré la pasión para seguir. Y si nadie nos recuerda, no importa. Hicimos felices a muchos y eso es suficiente. Pero mientras tanto, me gusta leer sobre mí y me encanta ver fotos mías. Es mejor mi foto que la de tu presidente.
En diálogo exclusivo con Clarín, el líder de Kiss habló de mitos y realidades de la banda con mayor presupuesto en cosméticos de la historia del rock.
